martes, 15 de julio de 2014

Porque tú quieres

A parte de:

  • una reducción del 50% de las cesáreas
  • la reducción de la duración del trabajo de parto en un 25%
  • el uso de oxitocina artificial reducida en un 40%
  • la epidural y otras analgesias reducidas en un 60%
  • la reducción de sentimientos y experiencias negativas en el parto
  • el aumento del éxito en la lactancia
  • una adaptación más sencilla a las nuevas dinámicas familiares
  • el sentimiento de empoderamiento de la mujer
  • el descenso del riesgo de una depresión postparto
  • y la incidencia más baja de abuso sobre la mujer a lo largo de su maternidad...
(tomado de www.decodedpregnancy.com)

A parte de esto, la razón más poderosa para querer que una doula te acompañe es justamente esa: que TÚ QUIERES.

viernes, 4 de julio de 2014

Sobre nuestra libertad para cambiar

Una de las promesas que quizás te hagas estando embarazada y si en tu entorno no sois muchxs lxs amigxs que tenéis criaturas es que no vas a cambiar después de tener a tu bebé. Seguramente una de las preguntas que te hagan aquellas personas cercanas después de haberlo tenido es si te ha cambiado mucho. Y por supuesto que una de las afirmaciones que se repiten tras su nacimiento es "anda, lo que te ha cambiado la vida!". 

Cada una nos hacemos unas expectativas, unas componendas cuando estamos embarazadas por primera vez acerca de cómo será la vida postparto, ya sean pocas o muchas, muy detalladas o pocas. Depende de muchos factores: de la información (real) con la que contemos, de las experiencias de maternidad y paternidad que nos rodean... La cuestión es que nos proyectamos siendo madres y miramos hacia un futuro próximoYa siendo madres y más siendo puérperas podemos girar la cabeza hacia el pasado, hacia esa vida que teníamos sin nuestrxs hijxs y a veces casi ni si quiera recordarla. Parece que siempre hemos vivido así, en una especie de tiempo circular en el que nuestros ojos miran casi continuamente hacia esta otra persona que llena nuestros días y nuestras (pre)ocupaciones.

¿Ya no soy yo? Pero... ¿quién era yo antes de esto?

Es bueno olvidar por completo los mandatos del entorno (ya sean medios de comunicación o personas de carne y hueso) que nos ordenan eso de "volver a ser la que eras antes" tanto física o mentalmente (principalmente en lo que concierne al físico, sí, pero también en cuanto a los ritmos del día a día, el ocio, las distracciones, etc.). Es una presión sobre nosotras que no ayuda a componerse tras el nacimiento de un/x hijx. Poco a poco una se va a encontrando con ella misma: frente al espejo, frente a lxs demás, frente a la pareja... Es sano mirarse con cariño: cuidarse el propio cuerpo (no me refiero a ponerse a dieta, sino más bien a mimarse una misma) y aceptarlo con cariño. Sí, hemos podido cambiar tras el embarazo y tras el parto y es una tarea que cada una tiene que hacer el encontrarse con una misma en el espejo. Encontrar tu espacio entre lxs demás también es una tarea pendiente, un proceso lento que requiere tiempo y más tiempo: has de reconocer cuáles son tus ritmos (ahora, por lo general, cambiantes y dependientes de las necesidades de otra persona) y tus lugares. Y esto puede resultar algo duro. 

Y al igual que nos mimamos el cuerpo y lo miramos con afecto, así también la pareja. Dejando espacio y tiempo a las nuevas emociones, a la necesidad de reposo y de descanso, a las nuevas formas que adquiere lo sensual y lo sexual. Trabajando en común, poniendo paciencia, empatía y amor. Tampoco aquí vamos a encontrarnos seguramente rápido. Pero todo llegaY llegan los momentos de tranquilidad, de reflexión, de hacer memoria, de volver a mirar hacia adelante. Y llega ese instante en el que te encuentras entera de nuevo (o casi entera), como si los trocitos que has sido tú en los últimos tiempos se reunieran otra vez. 

¿Soy la misma? 

¿Qué significa ser la misma? Cada experiencia nos transforma. Somos moldeadas por todo aquello que vivimos (y más con intensidad), por todas aquellas personas que dejamos entrar en nuestra vida y removernos más o menos. Una no es la misma después de 5 años. Tampoco después de haber encontrado a una gran amiga. Ni si quiera tras compartir la vida con alguien a quien quieres durante un café. Una no es la misma tras querer a alguien. Tampoco cuando le hacen daño. Todo cambia. El embarazo, el parto y el nacimiento de un/x hijx es un cúmulo de experiencias de remueven, descolocan, trastocan, rompen, desgarran... a todos los niveles de la vida de una mujer. ¿Cómo voy a ser la misma?

Permitidme mi derecho a cambiar. Permítete la libertad para cambiar. Mucho, poco... qué más da. Lo importante es darnos ese tiempo y ese espacio para hacerlo. Cada una sabrá cuánto necesita. Pero hay que permitírselo porque es fundamental vivir intensamente y con profundidad las experiencias que nos dejan huella: para disfrutarlas, para reflexionarlas, para compartirlas y para aprender de ellas y de nosotras mismas.
Me quedo con la canción de Mercedes Sosa:

adoro a esta mujer <3