miércoles, 13 de mayo de 2015

Aunque sólo fuese una

La violencia obstétrica existe.
La violencia obstétrica es violencia de género.


Aquí puedes leer algunas entradas muy interesantes sobre violencia obstétrica en la web de EPEN. Aquí una declaración de la Organización Mundial de la Salud denunciando el maltrato en la atención al parto (violencia obstétrica). Aquí una nota sobre violencia obstétrica de Violeta Osorio, quien forma parte de Las Casildas (si no las conoces te animo a que lo hagas porque escriben y hacen cosas muy interesantes en Argentina). Si tecleas en Google "violencia obstétrica" podrás encontrar muchas más lecturas acerca del tema (definición según la Wikipedia, acciones por el 25 de noviembre, estado de la cuestión en diferentes países...). Y si hablas con mujeres madres de tu entorno, tristemente con probabilidad alguna la haya sufrido en algún momento de su maternidad. Te dejo a continuación el vídeo de Malena Pichot sobre la violencia obstétrica para que veas de una manera amena y entretenida en qué consiste y no sepas si reír, llorar, gritar o querer matar a alguien (o todas estas cosas a la vez):


Llegadas a este punto creo que podemos convenir en que la violencia obstétrica existe y que además es violencia de género (se realiza sistemáticamente contra las mujeres y nuestros cuerpos, en detrimento de nuestro derecho a decir sobre los mismos y sobre los de nuestrxs hijxs, producto de un sistema patriarcal en el que la medicina se torna herramienta de control y sometimiento y no al servicio de las mujeres, de nuestra salud corporal y mental ni de la de nuestrxs hijxs).

No quiero escribir un ensayo acerca de la violencia obstétrica. Como ya apunté, hay muy buenas cabezas  y manos que han escrito y lo siguen haciendo para divulgar qué está sucediendo en los paritorios. Ya se ha escrito acerca del origen de esta violencia y su sentido.

Sólo quiero escribir recordando que existe. Porque en este país en el que me encuentro, España, se publicó hace unos meses un informe desde un colegio oficial de profesionales sanitarios en el que se ridiculizaba la violencia obstétrica. Porque hay quienes, en este país, escriben en las redes sociales que no existe tal violencia. Porque todavía hay quien dice que eso de sentirse violentada/violada es un sentimiento irracional de la mujer a la que hay que explicar que el profesional que la atendió no quería hacerle daño.

Vemos la altura moral y profesional de quienes gobiernan aquí y no extraña que a la cabeza de órganos institucionales estén también personas que quieran desentenderse de las consecuencias de sus acciones y de las políticas que implementan. 

Es triste pero en estos meses se ha demostrado que hay con quien no se puede hablar, hay quien no quiere entender y hay quien es incapaz de mostrar empatía por el sufimiento y el dolor ajeno. Ante ello se cierran en banda en un ejercicio de corporativismo terrorífico. Evidentemente no muestran esta actitud todxs lxs profesionales de la salud. Sin embargo, sí lo hacen cabezas visibles de estos colectivos y alrededor suyo hay mucho silencio. Tanto lxs que callan como lxs que hablan satirizando la violencia obstétrica son culpables de perpetuar el miedo y el terror. 

Parece que no pasa nada. Que en los partos hay dolor y hay muerte y ellxs son lxs que salvan vidas y hacen los partos. Que es algo normal tener secuelas físicas después de un parto. Pero sabemos que no y no es porque no nos guste, sino porque además la evidencia científica lo demuestra una y otra vez: que las intervenciones médicas innecesarias y el no respeto a un proceso que es fisiológicamente seguro hacen de los partos algo inseguro y peligroso.

Y en este país parece que hay que recordarlo y citar estudios una y otra vez, y a matronas y obstetras de otros países para afirmar que existe la violencia obstétrica y que es violencia de género. Es una vergüenza que pasen cosas como ésta y que no sean noticia de portada de periódico de tirada nacional. Porque negar que existe la violencia obstétrica es como negar que la violencia de género no existe en este país, como negar el racismo institucional o la homofobia. Como negar que existió el holocausto nazi, los vuelos de la muerte en Argentina, el genocidio en Guatemala, el fascismo en España. Como negar que estamos en 2015...Parece que como es algo que nos sucede a las mujeres se pueden hacer chistes, minimizar, hacer broma de ello... que no pasa nada. Es muy grave.

Son muchas las mujeres que han sufrido y sufren maltrato durante el parto. Y las secuelas están en sus cuerpos y también en las de sus criaturas. Pero aunque sólo fuese una la mujer violentada-violada en su parto, aunque sólo hubiese una mujer en este país que la hubiera sufrido, habría de ser denunciada y perseguida la violencia obstétrica en este país hasta ser erradicada. Y de esta manera a lxs profesionalxs de salud que la perpetúan por acción o por omisión.

Nos sumamos a esta carta.